sábado, 14 de septiembre de 2013

Capítulo 41- Tentador y caliente





-No digas cosas sin sentido. -Tomó mi rostro y me miró fijamente a los ojos- Sabés que te amo, pero primero, que eso no fue por amor, fue por calentura. ¿O me vas a decir que no? -No me dejó responder, aunque tenía razón.- Y no me digas que estoy diciendo que no me ames, sólo que es distinto. Va, por lo menos creo yo, que cuando hacés el amor le entregás tu cuerpo al otro, sin importar tanto lo sexual.


Realmente no me esperaba esa tremenda deducción de su parte. ¿Quién era este chico? ¿Era el mismo que me había molestado y engañado tantas veces?
Lo miré con admiración y sonreí, antes de que siga hablando.
-Quiero hacerlo con vos, pero no ahora. No es el momento. Cuando sea, lo vamos a saber -pellizcó mi mentón tiernamente.
Sonreí ampliamente, pensando en la suerte que tenía. ¿Quién diría que yo sería la caliente de la pareja, cuando antes era él? Por un momento llegué a pensar que él seguía engañándome, que era parte de otro de sus juegos, que tarde o temprano terminaría llorando en los rincones. Pero rápidamente quité ese pensamiento de mi cabeza.
Lo miré con dulzura y le di un beso, bastante sentido, en los labios. Lento y suave, como me gustan. Él sonrió entre mis labios, volviéndome loca, y me rodeó eufóricamente la cintura, tirándome encima de él, quedando recostados en la esquina del sillón, entre el respaldo y el apoyabrazos. Me recosté en su hombro y cerré los ojos lentamente.

Me encontré en mi cama, mirando hacia la puerta, donde estaba Justin caminando hacia ella, mientras sonaba el teléfono. Luego de unos segundos se sintió cómo corría por el pasillo, y el teléfono dejó de sonar. La voz de Justin volvió a acercarse al cuarto, pero ésta era suave. Se asomó por la puerta y miró hacia mí al ver que estaba despierta. Se distrajo y al segundo volvió a verme, y me sonrió al notar que estaba despierta.
Le sonreí de vuelta, aunque sin mucho entusiasmo. Estaba algo cansada, y tenía mucho frío.
-Sí, no se haga problema. De verdad, de verdad. No es problema. Chau -colgó y dejó el fijo sobre el escritorio, para luego acercarse a mí.
Se sentó en el borde de la cama y puso el dorso de su mano en mi frente, con mi mirada fija en su rostro. Podría admirarlo todo el día. No tenía ni una imperfección, salvo algunos lunares, que detallaban su piel cerca de los ojos y en el mentón. Acaricié su mejilla con mi mano y éste me miró a los ojos y sonrió.
-¿Cómo estás? -preguntó dulcemente.
-Me duele la cabeza, y estoy algo cansada -dije. Lo atraje hacia mí con mi mano y besé sus labios de forma suave, sólo apoyándolos contra los míos.
Él se separó y me dio un beso en la mejilla. Los posó después en mi frente, y volvió a sentarse normalmente.
-Tenés fiebre -afirmó-. Tu mamá llamó recién. Los papás de la amiga con la que salió se accidentaron y ella la acompañó al sanatorio. Dice que vuelve más tarde.
Le sonreí. Por alguna razón, hoy estaba muy tierno. No podía dejar de mirarlo. Observé desde su pelo, sedoso, con forma hacia arriba; pasando por su tentador cuello, el cual recientemente había aprendido a besar, hasta sus marcados brazos, sus hombros más anchos que las caderas, formando una espalda en V. Volví a su rostro y lo encontré sonriendo.
-¿Qué hacés? -preguntó divertido.
-Te admiro. Sos hermoso -sinceré.
-Guau, la fiebre sí que te pega -lo empujé débilmente. Esperé a que diga algo más, como un halago, pero nunca lo hizo.- ¿Tenés un termómetro?
Abrí el cajón de mi mesa de luz y le pasé una cajita roja. Sacó de allí el aparato y me lo puso bajo el brazo. Cerré los ojos, que me pesaban como nunca. A los segundos sentí que mi mejilla era suavemente pellizcada por sus dedos índice y corazón. A los minutos, me sacó el termómetro frío, y anunció los treinta y nueve grados de fiebre. Me acosté de lado, dándole la espalda.
-Bueno... -dijo él, en un suspiro- me voy. Si necesitás algo llamame.
Lo miré sobre mi hombro, una vez que se paró. Esperaba que se quedase, pero no diría nada. Quería que surja de él, sin que se lo pida.
-Está bien -dije, en tono neutro. Se agachó hasta mí y me dio un beso lento, poniendo su mano derecha en mi mejilla. A continuación se separó y me tapó con la sábana.
-Que descanses -sonrió y me apagó la luz.
Me quedé algo decepcionada, pero traté de entenderlo. Mañana había clases y él no podía quedarse a cuidarme. Bueno, podía, pero no quiso. Y yo no quise insistir.
Traté de no darle más vueltas al tema, y me relajé. Aún tenía frío, pero no me levantaría a buscar otra manta. Al estar casi entrando en primavera, el clima estaba algo cambiante. Por lo general en las noches refrescaba, y esto sumado a la fiebre...
A los pocos minutos me dormí, sin darme cuenta.
Sería la madrugada, aproximadamente, cuando la luz de mi cuarto se prendió, y a los pocos segundos se apagó. En ese momento sentí algo conmigo, pero estaba tan cansada que me dormí al instante.
Abrí los ojos definitivamente cuando unos pequeños rayos de sol mañanero atravesaron la ventana. Estaba tapada hasta los hombros, no sólo con la sábana sino también con una frazada celeste y un acolchado. Bajó ellas, sentí algo caliente rodeándome, y una respiración muy leve en mi cuello. Como pude miré sobre mi hombro y me encontré con su precioso rostro, que hizo que sonría ampliamente. Me volteé para quedar frente a frente, y lo observé dormir. Acaricié su torso bajo las cobijas, estaba suave, caliente y desnudo. Él desprendió su brazo de mí, y se removió en la cama. Se acostó mirando el techo, y suspiró pesadamente aún con los ojos cerrados. Miró hacia mí y abrió los ojos, luego sonrió.
-Buenos días -dijo somnoliento.
-Te quedaste -sonreí ampliamente.
-Por su puesto que me quedé -se movió para quedar de lado nuevamente y me acercó a él. Me abrazó por la espalda y acarició mi piel, levantando un poco la remera, a la vez que besaba mi frente-. Se te fue la fiebre. ¿Te sentís mejor?
-¿Cómo no sentirse bien durmiendo con vos? -pregunté retóricamente. Él rió y me dio un suave beso en los labios.- Tenemos que ir al colegio -dije, por alguna razón ocasionando una risa de su parte.
-Tu mamá y mi suegra dijeron que faltemos. Ya son las nueve. Llegaríamos un poco tarde, ¿no?
-Sólo unas dos horas -dije con desdén, bromeando. Rodeé su cintura con mi mano y la acaricié nuevamente. Su piel era tan suave que me tentaba. Le tenía muchas ganas, no podía dejar de mirarlo.
-¿Qué te pasa? -preguntó.
-¿Con qué?
-Desde ayer que estás algo... caliente -trató de ocultar una sonrisa juguetona.
Sentí cómo mi rostro se calentaba y sonreí.
-Va, te voy a dar el gusto de tocarme, dale.
-¡Justin! Mamá está acá. Y ni que te molestara que lo hiciera.
-Tu mamá está en la oficina. Se fue hace un rato. Y no me molesta, claro que no. Yo te hago un favor, para que no te quedes con esa calentura adentro -bromeó-. Tal vez por eso te dio fiebre.
Reí y le pegué en el pecho.
-Juguemos a un juego -propuso, con energía. Se sentó en la cama y me miró desde arriba.
-¿Cuál? -reí ante su entusiasmo.
-Tenés que besarme hasta que no resista las ganas de seguirte el beso. -Fruncí el ceño y reí enérgicamente.- ¿Qué? Es un buen juego -sonrió.- Yo no puedo hacer nada al principio, me tenés que tentar.
-Bien. -Me senté como él y me acerqué a su rostro. No estaba muy segura de lograrlo, pero lo intentaría. Comencé dándole unos suaves y ligeros besos en el cuello, mientras mi mano izquierda acariciaba el otro lado de éste. Subí por su mandíbula y llegué a sus labios. Mi mano también subió y quedó en su mejilla, y con el pulgar contorneé su labio inferior. Levanté la mirada a sus ojos un segundo, y noté que su mirada no se despegaba de mí. Sonreí. Separé sus labios con mi dedo y con el resto de mi mano hice suaves movimientos en su cuello. Cerré los ojos lentamente y apenas apoyé mis labios sobre los suyos. Fui aumentando la intensidad, comenzando por tomar su labio inferior con los míos. Lo succioné despacio y lo solté. Después pasé la punta de la lengua por él, y con la otra mano levanté un poco su rostro hacia el mío, dándole más intensidad al mío. Finalmente, introduje la lengua en su boca y enseguida sentí su respuesta, que ocasionó que sonría a mitad del beso, notando mi objetivo cumplido.
-Sos de hierro, eh -comenté separándome.
-Mmm... -me acercó nuevamente y volvió a besarme. Otra vez volví a sentir esas ganas de tocarlo. No quería ser una calentona, pero es que empezaba a tentarme mucho. Su piel bronceada y suave, sus brazos tonificados, la firmeza con la que me tomaba... cada parte suya me volvía loca.
Besé su cuello lentamente, sintiendo su mano en mi cintura. Echó la cabeza hacia atrás y su otra mano fue mas a mi espalda.
Bajé cautelosamente mi mano por su abdomen. En cuanto llegué al borde de su ropa interior, su espalda se curvó y bajó rápidamente su mano hacia la mía, deteniéndola. Separó su rostro de mis labios y me miró juguetón. Reí algo nerviosa. Cada vez que terminaba de hacer esto me sentía una tonta.
-Seguí -rió.
-No -sonreí nerviosa, sin mirarlo. Realmente me sentía una idiota.
-No, es que... se siente bien.
-Si no te gustara creo que me preocuparía -reí.
-No es momento de hablar. No te preocupes, no soy gay -me tomó de la nuca y me besó intensamente. De repente se notó cómo cambió su humor respecto a anoche.
Descendió su mano hasta mi cintura, y me volteó dejándome bajo él. Se separó y me miró con ojos oscuros. Fue hasta mi cuello, besándolo de tal manera que me sorprendió, haciéndome imposible que controle mis sentidos.
-Juguemos a otra cosa -dije, tratando de que esto no llegue tan lejos. Lo aparté un poco por el pecho.
-No puedo. Anoche me resistí, pero hoy ya no.
-¿Qué querés decir? -dije.
-Me pusiste.
...

viernes, 9 de agosto de 2013

Capítulo 40- Bes(arte)


Comenzamos a caminar desde la heladería hasta casa. Eran las ocho de la noche, e íbamos para casa. Junto con el helado llevábamos una película. No sabía cuál era, la había elegido Justin. En realidad, la cosa fue que nos dividimos las tareas. Yo buscaba el helado, él la película. Creo que fue el único momento en el que nos separamos. Llegamos a casa y cenamos junto a mamá, quien, cabe decir, se había puesto extrictamente en contra de nuestras demostraciones de amor (besos).
Una vez que terminamos, con Justin fuimos al sillón de la sala y pusimos la película, con el helado preparado. A mamá tampoco le agradó lo del helado en el sillón. En fin.
La película que Justin había traído era "El diario de Noah". Aproveché una de las escenas románticas, y además, que ya habíamos terminado el helado, para besarlo dulcemente. Pude sentir su sonrisa entre mis labios. La mejor parte era que tenía sabor a vainilla.
Justin se separó de mí y comenzó a depositar besos en mi mejilla, bajando a mi cuello. Yo sólo sonreía, y evitaba las cosquillas. Se escuchó su risa oculta por sus labios entre mi piel, y luego cómo mamá se aclaraba la garganta al pasar hasta la cocina. Justin se separó de mí y me miró apenado, volviendo a ver la película distraídamente. Me acurruqué en su brazo y entrelazé mis dedos con los suyos, haciéndole saber que todo estaba bien.
La verdad, no estaba prestándole mucha atención a la película. Tenía ganas de estar con mi novio, de acariciarlo, besarlo, demostrarle quién podía ser. De alguna forma, estaba convencida de que Justin pensaba que yo sería virgen hasta los treinta.
Una vez que mamá regresó a su cuarto, lo miré acechante desde mi lugar. Él me miraba de vez en cuando y sonreía, pero luego volvía a la película. Tenía la sensación de que no volvería a besarme esa noche por miedo a que mamá aparezca. Me acerqué más a él y apoyé mi cabeza en su hombro, a los segundos ya tenía su brazo rodeándome. Su mano llegó a mi hombro y comenzó a tirar suavemente de unos mechones de mi pelo. Lo abracé dejando mi mano en el medio de su estómago, y escuché como suavemente sonrió y rió.
-¡Jessica! -escuché la voz de mamá. Deslicé mi mano del cuerpo de Justin antes que ella terminara de llegar a la sala.
-¿Qué? -volteé la cabeza hasta que estuvo en frente nuestro.
-Voy a salir con Mayra, por favor, no se acuesten tarde y no hagan nada raro -miró a Justin seriamente, y luego a mí
-Bueno -dije. Ella nos dio un beso y se fue luego de unos minutos. Observé a Justin, no lo había visto así nunca, estaba algo... no sé. Estaba como triste.-. ¿Qué te pasa? -volteé su rostro con mi mano en su mentón, y lo miré a los ojos. Él sonrió.
-Nada, es que... ¿por qué ahora le caigo mal a tu mamá?
-Debe ser porque... bueno, no creo que quiera dejarme sola con un novio así de sexy -quise hacerlo sonreír, pero fue más una sonrisa por compromiso-. No te preocupes, Jus, sólo no quiere que... ya sabes -sonreí dulcemente
-Te amo -presionó sus labios contra los míos. Cuando se separó, lo miré a los ojos y lo acerqué nuevamente. Lo besé con más pasión, y desde su rostro bajé la mano por su brazo y llegué a su cintura, hasta dejarla en el borde de su pantalón. Sentí cómo rió.
-¿Puedo ir arriba tuyo? -pregunté sin más. Él levantó una ceja y se sentó derecho, palmeando su regazo. Sonreí y me senté suavemente, abriendo las piernas para dejarlas a cada lado suyo. Me había agarrado un poco de vergüenza, está bien que era mi novio, pero me miraba como sorprendido de mis actitudes y ahora me estaba arrepintiendo un poco. De todas formas, ¿Qué tiene de malo? Es mi novio, no cualquiera.
Tomé su rostro y lo besé nuevamente. Sentí sus manos en mis caderas, y de pronto hizo acercarme más a él. Eché mis manos un poco más atrás y acaricié su nuca. Me separé de él, y comencé a bajar hasta su cuello, para besarlo lo mejor que pude. No sabía cómo besar en el cuello, pero en fin, hay una primera vez para todo. Sus manos me acercaron más a su cuerpo, y pensé que le estaba gustando, pero luego de unos segundos se rió.
-No es así, linda -me separé
-¿Qué? -pregunté suavemente. Sabía a qué se refería, pero estaba totalmente avergonzada, lo había hecho mal.
-Es así, mirá -subió las manos a mi espalda, y me acercó, puesto que me había alejado para hablarle.
Comenzó a besar lentamente mi cuello, de una forma que... ah, me mataba.
-Bien, ya, ya lo tengo -lo alejé de mí, antes de que mis órganos exploten por dentro. Se sentía demasiado bien, definitivamente, él sabía de esto.
Besé lentamente su cuello, haciendo mi mejor esfuerzo posible. La verdad es que no había aprendido mucho, porque estaba más concentrada en la hermosa sensación que rozaba mi piel. Traté de ponerle más empeño. Una mano la dejé en su mandíbula, y la otra comencé a bajarla por su abdomen, dejándola apoyada en su muslo, justo al lado de... ya saben. Pero sin tocarlo.
-Mmm... -sentí de su parte. También sentí algo incómodo abajo mío, creo que saben a qué me refiero. Al fin lo había logrado- Nena... ¿segura que querés hacerlo ahora?
-¿Hacer qué? -pregunté inocente. Me separé de él y comencé a tocar su abdomen y el borde de su pantalón con ambas manos. Lo miré a los ojos.
-No juegues conmigo -dijo con una sonrisa de lado
-No estoy jugando... -metí la punta del dedo índice dentro de su pantalón, y comencé a bordear todo el contorno, jugando con él, amagando entre sacárselo o no. Volví a mirarlo acechante, y lo noté mordiéndose el labio. Me moví sobre él, y al instante cerró los ojos con fuerza y se sintió cada vez más duro abajo mío. Su mirada estaba distinta, encendida, pero creo que sabía lo que estaba haciendo.
-Te voy a devolver todo esto que estás haciendo... -susurró. Me tomó por la cintura con ambas manos y me recostó en el sillón, quedando arriba mío. Con sus manos comenzó a levantar mi remera dejando a la vista mi vientre, y empezó a besarlo lentamente, hasta llegar al borde de mi short. Sentí cómo una ola de calor recorría mi cuerpo y quería desprenderme de la ropa lo antes posible.
Justin subió hasta mis labios y los besó apasionadamente, a la vez que sus manos recorrían mi espalda. Desprendió mi corpiño aún besándome, tomándome por sorpresa y haciendo que mi espalda se arquee. Sonrió por un segundo entre mis labios. Una de sus manos pasó por debajo de mi corpiño, y masajeó mi piel suavemente. Soltó mis labios y dejó escapar un leve gemido de ellos. Pasó el dedo sobre mi pezón, y lentamente, comenzó a levantar mi remera, permitiéndome que lo parase a tiempo, pero no lo hice. Pasó ahora la lengua por él, y luego lo apretó entre sus labios, y no pude evitar suspirar cada vez más fuerte. Enredé mis dedos entre su pelo, sintiendo su mano bajar por mi abdomen. Pero ahí terminó, volvió a poner el corpiño en su lugar y se levantó, dejándome con ansias de más.
-¿Qué...? -pronuncié. Lo observé, sonriendo triunfador. Me abroché el corpiño, puesto que él sólo había tapado lo que había descubierto.
-Te dije que me vengaría -rió inocente.
-Pero... pero, pero, eso fue peor. Yo no te... bueno... Creí que íbamos a llegar a... más.
Él rió dulcemente y me abrazó por los hombros.
-¿Es tu primera vez? -asentí- Entonces no debería ser por calentura, sino por amor. No cometas esos errores de los que no podés arrepentirte.
-¿Por qué me arrepentiría?
-Primera vez hay una sola, chiquita -acarició mi mentón
-Entonces, ¿por qué hiciste todo eso, si no iba a pasar nada?
-Para que sientas lo que yo sentí -sonrió nuevamente, triunfador, de lado. Le pegué en el hombro con el dorso de mi mano.
-Perdón -susurré luego de unos segundos. Él besó mi frente.
-Está bien, pero te gustó, ¿eh? ¿Qué se sintió tocar esto? -arrastró la mano por su abdomen, burlándose.
-No me hagas hacerlo otra vez -sonreí y le pegué nuevamente. Me miró levantando una ceja.
-No me molestaría que lo hicieses.
-Entonces no lo hago -ambos reímos-. Pero se sintió raro... ya sabes
-¿Qué? -preguntó. Recosté la cabeza en su hombro. La película aún seguía en pie; nos habíamos olvidado completamente de ella.
-Sentir... eso -él rió y sentí aire caliente rozando mi oído-. ¿Puedo tocarlo? -pregunté nerviosa. No sabía si quería hacerlo, sólo probaba.
-No -sonrió.-. Quiero, pero no te voy a dejar. Además, con lo finoli que sos, seguro te va a dar "asquito" -rió.
-No soy finoli -le burlé, quejándome.
-Si, sos. Pero así me gustás -me dio un beso en los labios.
Nos quedamos en silencio un poco.
¿En qué había estado pensando? Sí, la primera vez era importante. Pero, tampoco es que lo fuera a hacer con un amigo o alguien desconocido. Es mi novio, ¿o no? Se supone que está bien... No creo que Justin sea de los que cree o practica el sexo sólo con la persona con la que se va a casar... No, él no es de esos.
-¿Por qué no querías que lo hicéramos?
-Mirá... -se acomodó, y tomó aire algo incómodo, como sabiendo que este momento llegaría.- Con mi ex novia... tuve mi primera vez, aunque no la consideré la primera. Ella sólo quería sacarse esa presión de encima, pero como para mí la primera vez significa amar a una persona y entregarle hasta tu cuerpo... siempre quise hacerlo con mi primer amor. Yo la amaba a ella, realmente, y aunque ella sólo me "quería mucho", me convenció de lo contrario y lo hicimos... -explicó con algo de tristeza. Acaricié su cabello, y lo miré suave- La perdoné después de eso, pero en fin... después pasó lo que pasó, con su amiga y eso, lo que ya te conté.
-Por eso dijiste que seguías siendo virgen -asintió.
-Entonces... no querés hacerlo conmigo porque... no me amás.
...

Capítulo 39- Doctor abs.


-Dije que te amaba -bajé la mirada-. Esta mañana, y preguntaste por qué
-Es que no entiendo. No tengo nada de especial como esas chicas en las novelas.
-Novelas -rió burlón-. Yo sé que sí -rozó nuestras narices, mirándome a los ojos-. Detrás de esa posición arrogante, hay un buen corazón
-¿Cómo sabés eso?
-Porque yo soy igual, Shawty -acarició mi mejilla, dejándome completamente sorprendida-. ¿Qué es esa pila de ropa que está sobre tu cama?
Fruncí el ceño por el repentino cambio de tema, y me centré en su pregunta: ropa que no me entra.
-Son ropas viejas -respondí simplemente
-¿Qué vas a hacer con ellas?
-Quería donarlas, pero mamá dice que son muy caras y eso -volteé los ojos-. Pienso hacerlo de todas formas
-Lo sabía -besó mis labios
-¿Qué sabías?
-Que en el fondo eras así. No sos muy reservada, es fácil conocerte -sonrió tiernamente, contagiándome-. Y cuando digo "te amo", es porque lo siento de verdad, no sólo por decir -escondí mi rostro en su cuello. No sabía qué decir, no sabía si yo lo amaba realmente, no quería decirlo sólo para complacerlo. Era raro, mi tipo de chicos siempre fue más como Liam, tiernos y educados, pero Justin (a veces) es todo lo contrario.
Y como si estuviera leyéndome la mente, dijo:
-No te sientas obligada a decirme lo mismo, decilo cuando lo sientas
Oh, hoy los dos estábamos sensibles. ¿Por qué era tan tierno? Mis ojos se humedecieron por segunda vez en la noche. Me separé de él y lo miré detalladamente.
-Gracias, Justin
-No es nada
-No, digo. Gracias por entenderme, soportarme, acariciarme, complacerme, y todo lo que termine con 'erme' o 'arme' -lo hice reír
-No es nada -repitió. Me abrazó dulcemente y recosté mi cabeza en su pecho, dándole un beso en su hombro desnudo.
Nos quedamos así unos minutos, acurrucados, hasta que el sueño casi me vencía.
-Shawty... -susurró
-Mmm -emití vagamente. Estaba entre el sueño y la realidad, no tenía ganas para hablar
-¿Vemos una película? -movió la cabeza para verme- Perdón, no sabía que dormías -dijo con una sonrisa dulce
-No, está bien -me froté los ojos
-Aunque lo sospechaba -siguió-. Me parecía raro, porque yo te hablaba y no decías nada -sonreí bobamente y él miró mis labios. Lo besé antes que él lo haga
-¿Cuál vemos?
-Veamos si hay una en televisión -propuso
-Bueno... -dije sin energías. Lo más probable es que me quedaría dormida en los primeros quince minutos, pero quería estar con él. Eran las doce de la noche, según el reloj de la cocina.
Justin me extendió el control de la televisión, pero negué con la cabeza y lo extendí hacia él.
-Elegí vos -dije
Él se encogió de hombros, y después de pasar canales, quedó en una película recién empezada. Era de acción.
Por lo menos me va a mantener despierta, pensé.

Y me quedé dormida, acostada en el sillón con las piernas sobre el regazo de Justin y la cabeza en el apoyabrazos. ¿Cúanto había pasado? La película seguía en pie, Justin mirando atentamente mientras acariciaba levemente mi pierna con sus dedos. Encima hacía un calor de morir, estaba toda transpirada. Iu, pensé.
Me levanté del sillón, llamando la atención de Justin.
-Reviviste -afirmó
-¿Cuánto dormí?
Se encogió de hombros, mientras yo buscaba el control del aire acondicionado.
-Como veinte minutos
-Me hubieras dicho -apreté un botón, y puse el número veinticuatro en la pantalla del aparato
-Estabas linda durmiendo -volteé los ojos sonriendo
-Todos dicen eso
-Ya sé, pero nunca creí que fuera cierto -me miró tierno. Sonreí y luego me mordí el labio. Me senté a su lado y le dí un beso en la mejilla.
-No voy a caer -reí
Él rodeó mis hombros con su brazo. Al rato, terminé con mi cabeza sobre su regazo, y mis piernas estiradas en el resto del sillón. Justin tomaba algunos de mis mechones de pelo y los enredaba en su dedo índice, para luego dejarlos como antes.
¿Cómo pudiste dudar de él? Preguntó mi conciencia.
Y finalmente, me dormí en sus piernas. Pero esta vez en serio; y lo mejor fue que desperté en mi cama, como era de esperarse. Lo primero que ví al abrir los ojos fueron los suyos, mieles, bien abiertos, y luego mi vista se desvió a una brillante sonrisa. Estaba a centímetros de mi cara, frente a frente.
-Buenos días -dijo. Se acercó suavemente a mí y me dió un beso cerca de los labios
-Hola -dije con una sonrisa contagioso. El ambiente estaba fresco, pero aún así, él estaba sin remera. Miré bajo la sábana que sólo me cubría a mí y a él hasta su cintura. Todavía tenía la ropa de anoche.
-Oh, no me cambié -dije
-Sí... no quería cambiarte yo -rió. Lo miré confundida-. Sería algo atrevido, si ni siquiera tuvimos rela... -lo interrumpí
-Justin... -dije apenada. Sentí cómo subía un calor a mi espalda
-No lo tomes a mal, no estaba reprochándolo. Sólo decía que no lo hice, porque sería... desubicado -corrigió, rápidamente
Acaricié su hombro con mi mano, y subí hacia su mandíbula. Dejé la mano allí y mi pulgar en su mejilla.
-No quiero hacer algo de lo que no esté segura
Su mano tomó la mía, y sus labios depositaron un beso en su dorso, mirándome a los ojos.
-No te preocupes -ahora su mano estaba en mi mejilla, acariciándome-. No tengo prisa, cuando los dos estemos listos, será
Aproveché su cercanía, y lo besé dulcemente. Cuando se separó de mí, me miró con una hermosa sonrisa.
-¿Qué tal si desayunamos afuera? -dijo aún muy cerca, de forma que su aliento chocó contra mi piel.
Asentí en vez de hablar, recordando que todavía no me había cepillado los dientes, seguro enía el aliento como búfalo en descomposición. ¡Y lo había besado! Tonta, tonta.
-Voy a cambiarme -sonreí
Me levanté y él también lo hizo. Sólo estaba en bóxer.
Mmm, tentador, pensé.
-Decime, Jess... -me abrazó desde atrás, mientras buscaba ropa en mi armario- ¿te parece que necesito ir más al gimnasio? -susurró a mi oído- ¿O así estoy bien?
-Justin, no vas a lograr calentarme -sonreí negando con la cabeza
-¡Hey! Sólo preguntaba -se defendió, rió en mi oído nuevamente, haciendo que sonría más. Me mordió el lóbulo de la oreja con suavidad, provocándome-. Vamos, decime
Me soltó y volteé a verlo. Lo miré minuciosamente. Espalda ancha, brazos fuertes, abdominales algo marcados... bóxer...
Dejá de mirar eso, dejalo, dejalo... -susurré en mi mente.
-Estás genial, Justin -dije, volviendo a lo mío como si nada hubiese pasado
-¿Segura?
-Si. Creí que ya lo sabías -dije
-Lo sabía, sólo quería ver cómo me mirabas -me volteé a verlo sorprendida, y él enseguida comenzó a reír dirigiéndose a la puerta. Volvió a mí y me dió un beso en los labios.
-Te amo -dijo, antes de volver a la puerta
.¿A dónde...?
-Te espero afuera -respondió mi media pregunta, ya afuera del cuarto
Suspiré y entré al baño de una vez. Me dí una ducha rápida y me lavé los dientes. Me cambié así { http://www.polyvore.com/cgi/set?id=71970784&.locale=es }
Bajé, y Justin hablaba en la puerta principal, con mamá. Ella tenía un bolso, al parecer estaba a punto de salir. Me acerqué a ellos justo cuando mamá salía por la puerta y subía al auto.
-¿A dónde fue? -pregunté
-Dijo que tiene que pagar unas cosas... y que nos portemos bien -rió, apoyado en el marco de la puerta-. ¿Vamos? -asentí
 ...

Capítulo 38- ¿Yo? ¡Presente!


Para mi grata sorpresa, sólo me besó. Pero dulcemente, con sentimiento. Quise separarme, pero sólo fueron unos segundos, en los cuales llevó sus manos a mi cintura y me acercó a él. Rozó nuestras narices tiernamente, y volvió a besarme. Esta vez dejé mis brazos en su cuello, pero no me colgué de él como solía hacerlo. No me entusiasmaba la idea de que vaya a ver a su ex novia. ¡El presente es lo que cuenta! Y ella es pasado.
Lo separé de mí, poniendo una mano en su pecho. No quería mirarlo a los ojos... en realidad, digamos la verdad, quería hacerme la tierna y que me ruegue un poco, pero no esperaba lo que iba a decir.
Levantó mi rostro y lo acercó al suyo hasta que la punta de su nariz chocó la mía, entonces levantó la vista hacia mis ojos y susurró un perfecto...
-Te amo
Una pequeña sonrisa comenzó a salir de mis labios, sin poder evitarlo. Al segundo se borró.
-¿Por qué? -tomé aire, y lo separé- No tengo nada de especial
Él suspiró y miró su reloj.
-Tengo que irme, linda. Esta noche vengo a verte, ¿sí? -asentí. Se acercó y ladeó con su mano mi cabeza para dejar un beso en mi mejilla
-Chau -susurré con una sonrisa
Y se preguntarán... ¿qué fue eso? Es que era cierto, soy una superficial, no tengo nada que brille como esas chicas en las novelas, que tienen un gran corazón. Soy sólo una rubia más. Y sé que esta noche, Justin no va a poder venir.

Narra Justin
-Jenny, en serio quiero quedarme, pero no puedo, le prometí a Jessica que iba a ir esta noche y... -me interrumpió
-Sí, Justin, andá tranquilo -dijo cortante, pero con la voz quebrada-. Después de todo siempre me dejás sola
-¿Perdón?
-Lo que escuchaste -me miró fijamente. No, no caería. Sólo quería que me quede más tiempo, pero no iba a lograrlo.
La puerta se abrió y por allí entró Lucía, con un escote que se veía desde Dubai, una falda cortísima (que se confundía con un cinturón, de larga que era) y unos tacos de diez centímetros. Me miró seductora y yo suspiré. Esto se volvería difícil.
-Hola, Jen. Hola, Justin -me guiñó un ojo. No puede ser, ¿en frente de mi ex, y siendo amiga de mi novia? Guau, hay que ser gato. Se acercó a la camilla y saludó a Jennifer, luego volteó y apoyó una mano en mi pecho, y me dio un beso en la mejilla. Al segundo me aparté. Era un chico fácil de calentar, y no quería incidentes.
-Bien, ya tenés companía. Nos vemos -dije, escapándome de allí
Lucía bufó y Jennifer volteó los ojos, mientras que yo las ignoré y más o menos orrí a la puerta. Tomé un taxi a la casa de Jessica, eran las diez y media.
La llamé al celular una cuadra antes de su casa, y me atendió algo agitada. Sonreí pícaramente.
-Hola, amor. ¿Qué hacías?
-¿Qué hacía con qué? -preguntó tomando aire
-Mmm... no sé. ¿Pensabas en mí?
-¿Qué...? ¡Justin no seas idiota! Estaba duchándome
-Claro, en la ducha siempre es más fácil, porque uno está mojado y desnudo y... -me interrumpió
-Justin, si llamás para molestar...
-Oh, no llamo para molestar, sólo para decirte, estoy en frente de tu casa.
-Qué bueno -comentó con sarcasmo-. Y para que sepas, tuve que correr desde la ducha a mi cuarto, por eso estoy así
-Sí, imagino que es un tramo muy largo. Te veo ahora -colgó antes que yo
Reí, amaba hacerla enojar. Pagué el taxi y bajé. Toqué el timbre, y la mamá de Jess atendió. Después de una pequeña charla cordial, fui hasta el cuarto de Jess, aún riendo por la llamada. Toqué la puerta, pero nadie abría, por lo que lo hice yo mismo, descubriendo el ruido de la ducha levemente. Me senté en la cama, esperándola.
A los minutos salió, con una bata de baño, y me miró bien, como si no lo creyera, pero tampoco se asustó. Me paré y le sonreí, tratando de evitar mirar sus piernas.
-Justin, ¿para qué viniste? -preguntó alejándose en cuanto quise darle un beso
-¿No puedo visitar a mi novia? -ella suspiró, y yo la abracé contra mi pecho.
-¿Querés comer algo, o ya cenaste? -dijo, hablando con dificultad, debido a la presión que hacía. La solté y la miré
-Todavía no cené -dije, mirando sus labios
-Bueno, ¿qué querés? Hay fideos o ensalada de... -la interrumpí
-Piel
-¿Piel? -repitió
-Si, quiero piel -afirmé
-Justin, estoy hablando en serio -sonrió un poco, tratando de mantenerse seria
-Yo también. ¿Tus labios están en el menú? -su sonrisa se ensanchó, y volvió a esconderse en mi pecho
-No
-Oh, por favor, tengo mucha hambre -acaricié su espalda con mis manos. Ella me miró y asintió. Sonreí y la besé lentamente, amaba hacerlo así-. ¿Te acordás cuando te daba besos en el cuello? -dije separándome milímetros de sus labios
-No -dijo, rozando nuestras narices
-¿Te hago acordar?
-No -rió. Me había cortado el juego, pero me hizo sonreír
-¿Te enseño cómo hacerlo? -ella pareció dudar unos segundos, pero finalmente asintió
-Mirá, sólo das besos muy delicados, así
Besé desde sus labios hasta su cuello, mientras la acercaba más a mi con mis manos en su cintura. Lentamente las fui bajando, hasta llegar arriba de su trasero. Ella se movió en mis brazos y me hizo separar.
-Basta -se mordió el labio
-¿Qué pasa?
-Me ponés nerviosa -sonreí y volví a acercarme, y seguí besando suavemente su cuello. Cuando puse mis manos más abajo que su espalda (nuevamente), curvó la espalda. Ay, no. Ya empezaba a calentarme, sobre todo porque cuando se movió, me rozó, y bueno... no resistí.
Comencé a ir hacia atrás, arrastrándola conmigo. Ella bajó sus manos a mis hombros, y sentí que su respiración se agitaba. Giré junto a ella y comencé a besarla nuevamente, mientras hacía que caiga en la cama, aún pegada a mí.
No soportaba más el calor, me quité la remera yo mismo. Vi cuando ella abrió los ojos, y se sorprendió un poco, pero seguí con lo mío. Besé su cuello suavemente, sintiendo sus dedos enredarse en mi cabello. Dios, eso me volvía loco. Su mano bajó a mi pecho y me empujó un poco. La miré a los ojos unos nanosegundos y volví a besarla. Mientras, mis manos atravesaron su bata de baño, sintiendo su suave piel. La envolví en mis brazos, y en cuanto mis manos llegaron a su espalda, noté que tenía corpiño. Dejé sus labios, y con un camino de besos llegué a su escote. Guau, eran perfectas.

Narra _____ (tn)
No, esto es genial, pero nos estamos pasando. Mucho. Esto es más que besos en el cuello, definitivamente tengo que parar, pero... tengo miedo. ¿Y si se enoja? Más ahora, que está super caliente. Hasta siento... algo, entre mis piernas. Dios, qué asco. Es decir... me daba miedo que cuando le diga algo se enoje y... bueno. Me obligue a hacerlo.
Suspiré. No sabía si por placer o por no saber qué hacer.
Tengo que parar, pensé.
-Jus... -dije en un suspiro. Él levantó la mirada sonriente, y volvió a besar mis labios. ¡No! Mensaje equivocado, Justin. Volvió a besar mi cuello mientras luchaba por desabrochar mi corpiño. Esta vez, lo separé bruscamente, y no me animé a mirarlo a los ojos, volteé mi rostro. Respiré entrecortadamente y mis ojos se humedecieron. Justin no hacía nada, sólo estaba con los brazos a mis costados, pero no sabía si estaba mirándome, y no quería averigüarlo.
Quise salir de abajo suyo, pero él me levantó el rostro, haciendo que lo mire. Sus ojos me miraban atentamente. No parecía que iba a obligarme. Me abrazó dulcemente por la cintura, por encima de la bata.
-Me hubieras dicho que no querías -murmuró, frotando mi espalda
-Tenía miedo -dije. No podía abrazarlo, mis brazos habían quedado atrapado entre nuestros cuerpos.
-¿De qué? -me miró a los ojos. Bajé la mirada
-¿Podemos salir? -evadí su pregunta
Él salió de arriba mío después de una dura mirada, yo me paré y tomé la ropa que me pondría. Me cambiaría en frente de él, si total, estaba en ropa interior, y... a qué estoy jugando, soy una calentona.
-Te espero abajo -dijo, y asentí. En cuanto pasó a mi lado, me atrajo a él por la cintura y besó mi mejilla.
Me puse mi pijama y bajé con él. En el camino me crucé a mamá, saludándome porque se iba a dormir, y advirtiéndome que no hiciera ruido.
Bajé y Justin estaba apoyado sobre el respaldo del sillón, mirando hacia mí. Me paré en frente suyo, él se incorporó y me abrazó.
-Perdón, perdón, perdón, pensé que querías -dijo en mi oído
-Sh, Justin, mi mamá está despierta -me separé de él y me dirigí a la cocina. Abrí la heladera, toda esta situación me había dado hambre, pero no había nada allí dentro que llamara mi atención.
-No te enojes -dijo Justin en mi oído, abrazándome por detrás
-No estoy enojada, Justin -quise retroceder para cerrar la puerta, pero él no me dejó. Me alzó aún desde atrás, y nos dirigimos hacia el sillón. Se sentó y me sentó encima de su regazo, mientras yo observaba cómo la heladera se cerraba sola. Quedé de lado a él.
-Bueno, vamos a hablar -dijo
-¿De qué?
...

Capítulo 37- ¿Mentiras?


-¿Qué hacés acá? -pregunté, viendo su sonrisa
-Nada... sólo vine a visitar a Jenny. ¿Te molesta? -se acercó un poco a mí
-¿La conocés? -pregunté sorprendido
-Sí... -rió levemente, y comenzó a abrir la puerta del cuarto para entrar- Nos vemos -me sonrió de lado mordiéndose el labio. Negué con la cabeza. Tendría que advertirle a Jess que su amiga era algo peligrosa.


Toqué el timbre por segunda vez. Mierda, ¿por qué no atendía? Estuve como diez minutos en la puerta.
Una pequeña mirilla que no había visto antes se abrió, y por ella pude ver los ojos de Jessica, y luego escuché un suspiro de su parte. El pequeño orificio se cerró, y la puerta se abrió sólo un poco.
-Justin, ahora no -dijo ella
-¿Hola? -comenté con sarcasmo. Ella volteó los ojos- ¿Qué te pasa? ¿Estuviste llorando?
Sus ojos estaban húmedos y brillosos, y en cuanto toqué su mejilla, ésta estaba pegajosa.
-¿Es por lo de Jennifer? -adiviné
-No, Justin, no es por ella. ¿Podés irte? -quiso cerrar la puerta, pero lo impedí
-No hasta que sepa qué te pasa -la miré fijamente a los ojos, y ella hizo lo mismo. Tomó aire y lo soltó lentamente, mientras abría más la puerta y me dejaba pasar. En cuanto la cerró, se volteó a mí y le di un beso en los labios, aunque ella ni los movió.
Algo está mal, pensé.
Se dirigió al sillón y yola seguí. La casa estaba vacía y sola, todas las puertas estaban cerradas. Ya era casi de noche, entre que fui al hospital y demás, se habían hecho como las siete y media; estaba oscureciendo.
-Contame, Jess -la miré, tomando su mano
Ella desvió la mirada, y tardó un poco en hablar.
-¿Qué te pasa con Lucía? -soltó finalmente
-¿Lucía? ¿Tu amiga Lucía? -ella levantó una ceja, advirtiéndome que deje de hacerme el tonto- No pasa nada con ella, ¿por qué preguntás?
-¿Nada?
-No, ni siquiera le hablo, Jess... no entiendo a qué va esto
-¡No puedo creer que lo niegues así! -explotó- Estuviste con ella, admitilo -me miró fríamente, pero aún así con la mirada incrédula
-¿Cómo voy a estar con ella? -levanté un poco mi tono de voz
-¿Cómo no? ¡Si sos un mujeriego!
-Jessica, por Dios. ¿Quién te dijo eso? -rió sarcásticamente- ¿Te parece que te pediría que intentemos algo para después estar con otra? -ella levantó las cejas sin mirarme- Sobre que perdí casi toda mi dignidad rogándote, ¿pensás eso?
-A lo mejor te cansaste de mí, o querés otra cosa que yo no te doy
-¿Qué cosa? -pregunté sorprendido, de mala manera
-¡Sexo, Justin! Como todos
Me quedé callado, sin creerlo. Lucía le había dicho todo esto, era seguro.
-¿Ella te dijo que me acosté con ella?
-Sí, hacete el sorprendido... -murmuró enojada
-¡Respondeme! -grité
Frunció el ceño, como tragándose el nudo en la garganta. Sus ojos se humedecieron y comenzó a jugar on el borde de su remera nerviosamente.
No llores, por favor.
-Sí, ella lo dijo. ¿Y por qué no creerle? -me miró desafiante
-¡Porque soy tu novio! -no podía controlar mi enojo
-Justin... me das miedo cuando estas así... dejá de gritar
-¡Es que no puedo creer que confíes en la zorra de tu amiga y no en mí! -seguí
Se mordió el labio y bajó la cabeza un poco. Estaba por llorar, era obvio. Suspiré profundamente tratando de calmarme, y ella me miró de reojo, para luego alejarse un poco. Jamás la había visto así.
-Perdón... -susurré- no quiero que desconfíes de mí, Jess -me acerqué a ella, pero seguía sin mirarme
No respondió, por lo que traté de abrazarla. En cuanto lo hice, se hizo para atrás, y me dijo firmemente "no me toques". La abracé contra su voluntad, y sus brazos quedaron entre nosotros. Me aparté un poco para mirarla, y ella bajó sus brazos para apoyarlos en los míos. Impulsé su cabeza hacia mi hombro, y sentí como trataba de hacer silencio al llorar, pero sus lágrimas mojaban mi remera.
-Perdón, no quise gritarte... -susurré en su oído- No me dejes, por favor
Ella se separó y secó sus lágrimas rápidamente, con mi atenta mirada sobre ella. Me sentía mal, odiaba verla llorar pero tampoco entendía por qué desconfiaba de mí.
-¿Querés que me vaya? -pregunté. Negó con la cabeza
-Quedate -dijo. Levantó la mirada a mis ojos, y luego de unos segundos, la besé, lentamente.
-Pero quiero que me cuentes, ¿sí? -asintió y apretó los labios

-Perdón por haberle creído -murmuró. Sonreí y le di un beso en la mejilla
-No es tu culpa, Jess. Se supone que es tu amiga
-Era -corrigió ella-. Justin... -se dio vuelta entre mis brazos- ¿todavía sos virgen?
Sonreí dulcemente ante su pregunta.
-Si, preciosa. ¿Y vos? -asintió. Estaba callada hoy
-Quiero que sea con alguien especial -se ocultó en mi pecho, seguramente sonrojada
-Sí, tiene que serlo... -susurré, acariciando su espalda- Shawty, me voy, ya es tarde
-No, quedate a dormir -me miró
-¿Segura? -no pude evitar sonreír de lado
-Sí, mamá se fue a cuidar a una amiga, no quiero quedarme sola
-Está bien, como quieras -besé sus labios sin abrir la boca-. Te quiero... mucho, ¿sabías?
-Yo te quiero más

-Shawty...
Lo había observado dormir durante quince minutos. Dios, estaba tan bueno. Era de esos chicos que te hacían preguntarte: ¿De dónde salen tan lindos?
Se movió estirando sus brazos lentamente, y con los ojos cerrados. Su voz estaba demasiado sexy, recién levantado.
-Hola -dije con una sonrisa
Él abrió sus ojos y me sonrió suspirando cansado. Rodeó mi cintura y me dio un beso en los labios.
-¿Cómo dormiste, preciosa?
-Bien, ¿y vos?
-Genial. Pero todavía tengo sueño -reí divertida
-Quedate durmiendo un rato más, si querés -comencé a levantarme, aunque él trataba de hacer fuerza con su mano sobre mi cintura, para que me quedara-. Voy a hacer el desayuno -lo pellizqué en las costillas, lo que provocó que se removiera y riera tiernamente. Yo sonreí. Nunca había escuchado esa risa suya.
-No hace falta... -sentí su mirada en mi espalda, mientras buscaba un corpiño para ponerme, en el cajón
-¿Querés café, té, o...?
-En serio, amor, tengo que ir a ver a... -se calló. Me volteé a verlo, y él me miró con sus ojos suplicantes
-¿A quién? -presté mas atención
-A Jennifer... -suspiró- Su mamá me llamó, no puede ir a acompañarla y necesita alguien que esté ahí
-¿Su mamá? ¿Te llamó? -pregunté sin creerle nada
-Bueno, en realidad me mandó un mensaje -hizo una mueca
-Supongo que no lo borraste -lo desafié. Él se quedó mirándome con el ceño fruncido, hasta que entendió lo que le decía. Sacó su teléfono y me lo mostró. Al parecer no había mentido. Suspiré frustrada y volví a lo mío, dándole la espalda
-Vino de viaje con su mamá, y ella tuvo algo importante... -explicó, pero no dije nada- No tiene a nadie, Jess. ¿Qué va a hacer cuando digan "familiares"?
-Hacé lo que quieras -espeté
Él tomó mi mano, girándome bruscamente. Por un momento temí lo que haría, ya que estos movimientos bruscos solía hacerlos mi ex novio, siempre me maltrataba.
...

Capítulo 36- Esos son... ¿celos?


Todo quedó en silencio. Uno incomodísimo. Jess y Jennifer se miraban, aunque de distintas formas. La de mi novia era amenazante, con superioridad, y la de mi ex era tranquila, inspeccionando a Jess, tratando de conocerla.
-Jennifer, ella es Jessica, mi novia -Jen sonrió dulcemente, como lo hacía siempre-. Y Jess... ella es Jennifer... -tomé aire- mi ex novia.
Era raro, tan parecidas y tan diferentes. Jennifer era rubia, tenía el pelo parecido que Jess sólo que en un corte recto, un poco más arriba de los codos. Tenía ojos verdosos y labios finos. Pero mi novia, o al menos por ahora, a juzgar por el ambiente, tenía el pelo rubio más largo, como hasta la cintura o más, cortado en capas, con movimiento. Unos ojos azules atrapantes y labios algo carnosos, rosados y tentadores. Eso sí, ambas tenían un cuerpo de muerte.
Pero además, Jennifer era una chica dulce y tierna, la conocías y siempre te hacía reír. En cambio, Jess, era algo fría, dependiendo cómo le caías. Pero cuando lograbas entrar realmente en su vida, te dabas cuenta que era así porque no quería que la lastimaran. Al menos conmigo, es cariñosa y eso me encanta. Además de tener un gran corazón, claro.
-Un placer -dijo Jennifer con una sonrisa que había disminuido de la vez anterior
-Igualmente -comentó mi novia con tono neutro
-Jenny, ponete cómoda -le ofrecí
-Gracias -dijo ella, y se sentó en un sillón frente a la mesa de café. Dejó allí su cartera y su celular, y se quedó inspeccionando el lugar.
Jess me siguó mirando fijamente, tratando de entender algo, como si estuviera decepcionada y enojada a la vez. ¿Ahora qué hice?, pensé.
Pasó la lengua por sus labios y tomó aire.
-¿Pasó algo, Jess? -me acerqué a ella
-No -espetó-. Sólo quería hablar, pero está bien. Después nos vemos, si no estás con alguna otra chica.
Mierda.
-¿Qué? Jess, sólo vino para arreglar unas cosas -Jennifer nos miró al darse cuenta que hablábamos de ella
-Nos vemos -dijo mi novia sin escucharme, tomando el celular de la mesa que al parecer era suyo-. Supongo
-Chau -susurró Jennifer. Ella le devolvió el saludo con una seña
-Jess, un segundo -dije tomándola de la cintura en cuanto pasó a mi lado. Me miró molesta a los ojos-. ¿No confiás en mí? Sabés que no va a pasar nada -murmuré cerca suyo
-No es por ella -volteó los ojos-. Ella me tiene sin cuidado, es una cualquiera -abrí los ojos y miré hacia el sillón, pero Jennifer hacía que no escuchaba-. Se nota de lejos que trata de engañarte, tratá de no caer -me palmeó el hombro burlonamente-. Pero ya vamos a hablar -se soltó de mi agarre, y continuó su camino a la puerta
-Pero... -me interrumpió
-Nos vemos, dije -espetó, y se fue caminando decididamente. Claramente estaba enojada
-Esta noche te llamo -dije fuerte para que me escuchara
-Vas a estar ocupado con alguna amiga, seguro -respondió dándose vuelta ligeramente
-¡Jessica! -grité
Ella me levantó el dedo del medio sin volver a voltearse. Suspiré pesadamente y cerré la puerta. Cuando me volteé, Jennifer estaba detrás mío.
-Parece que ahora te gustan histéricas -dijo
-No empieces -espeté-. Vamos a solucionar esto rápido, quiero hablar con Jess -suspiré pesadamente
-Mmm... dejala -se acercó más a mí con cautela- ¿vamos a tu cuarto? -dejó sus manos en mi pecho, y comenzó a bajar lentamente
-¿Ya te volviste rápida como el resto? -pregunté sin que se me mueva un pelo
Ella me miró amenazante y me pegó una cachetada. Justo lo que quería.
-Suerte con la zorra de Jess -me corrió de un empujón y abrió la puerta
-Gracias, linda, es bueno saber que ya me superaste -dije con sarcasmo
Ella volvió a mirarme mal y se sacudió el pelo para luego comenzar a caminar como si fuera una modelo. No le salía bien, pero en fin... no me reiría de ella.
La observé caminar con esos tacos infinitos, hasta que pasó lo que temía.

-Eso te pasa por hacerte la linda -dije al lado de la camilla
-¡Bueno, perdón, Justin! Sólo quería llamar tu atención nuevamente -murmuró lo último
-Jennifer... -ella suspiró- basta. Me gustabas como eras antes, ya conozco a varias regaladas, y ya no me interesan ese tipo de chicas. Y tampoco las que no confían en sus novios -dije con rencor
-Justin, perdón. Es que imaginate: entrás a la casa de tu amiga y están los dos besándose desaforadamente. ¿Qué querés que piense?
-¡Yo no estaba besándola! ¡Ella lo hacía! Yo ni siquiera la toqué, vos pensá lo que quieras
-Pero en ese momento... -la interrumpí
-Voy a hablar con Jessica, ¿te molesta?
-No, anda -murmuró
-Bien. Y ni se te ocurra interponerte entre nosotros. Parecerás dulce, pero todos tienen sus secretos. Aunque ahora ya no sos tan dulce como antes -solté con desprecio.
Ella giró su rostro haciendo que no pueda verlo
-Voy a decirle al médico que me voy y... -escuché un sollozo.
Por favor, ahora no, pensé.
-Sí, está bien. Gracias por acompañarme -dijo aparentando hablar normal, pero se sentía su voz rota
-No llores ahora... -murmuré con cansancio
-No voy a llorar -me contradijo, ahora mirándome. Sus ojos estaban aguados
Suspiré y me acerqué a ella, pero volvió a girar su rostro, esta vez comenzando a llorar realmente.
-Andate, Justin
-No quiero que llores -dije suavemente
-Siempre lastimás a las chicas -dijo ignorándome
La abracé y ella lloró en mi cuello. Era cierto, siempre las lastimaba. Pero con Jess no pasaría lo mismo, no otra vez. Había sido suficiente con la grabación.
-Perdón, Jenny... pero lo nuestro terminó -me separé de ella. En cuanto asintió, besé su mejilla lentamente y me fui de allí, con el corazón herido. Soy un idiota, siempre las lastimo a todas.
Cerré la puerta detrás de mí, encontrándome con quien menos esperaba.
-¿Lucía?
...



Capítulo 35- Triángulo amoroso


Me desperté de la mejor manera: en los brazos de Justin, mientras él me acariciaba el pelo. Me dí vuelta y él me sonrió dulcemente.
-Buenos días, princesa -me hizo sonreír
-Hola -me acerqué para darle un beso
-¿Cómo dormiste? -me alejó de él poniendo una mano en mi mejilla
-Genial -acaricié su rostro del mismo modo
-¿Desayunamos?
-Bueno... yo prefería quedarme hablando acá, pero si querés...
-¿En serio? -sonrió
-Sí... pero está bien, desayunemos
-No, ¡quedémonos!
Yo reí. Por alguna razón imaginé que le gustaría hablar en la cama. No entiendo por qué, pero es tierno.
-Te tengo algo -me dijo él, con una sonrisa divertida
-¿Qué? -me contagió
Él se levantó y salió del cuarto, dejándome intrigada. A los segundos volvió y me tomó de la mano para que vaya con él. Yo acepté riendo. Me guió hasta la cocina, y paró frente a un especie de percherito para las llaves. Allí habían varios llaveros, pero había uno que tenía una sola llave, y un corazón que tenía escrito 'love' colgando de ella.
Miré a mi novio, preguntándole sin hablar si era lo que yo pensaba. Él me sonrió y la tomó, tomó nuevamente mi mano y corrió conmigo hacia la puerta.
-Intentalo -me desafió
Me extendió la llave y abrió la puerta, dejándome pasar.
Sonreí y me mordí el labio. Este chico me mataba, definitivamente. Introduje la lave en la cerradura la giré un poco, pero no se abrió. Luego la puerta se abrió de un tirón.
-Es algo difícil -dijo Justin, tomando la llave. Cerró la puerta con los dos afuera, y como esta tenía cerradura fija, no se podía sólo entrar. Es decir que si no abríamos bien nos quedábamos afuera. Genial...
-Mirá -llamó mi atención. Puso la llave, y me mostró que debía tirar de la puerta para adelante, y esta se abrió por arte de magia. Asentí, e imité sus pasos.
-¿Estás seguro que querés darme la llave de tu casa? -pregunté mientras ambos subíamos de nuevo al cuarto
-Por supuesto, preciosa -me besó la mejilla, y me hizo sonreír
-¿Pattie no te dijo nada? -negó con la cabeza
-Se lo tomó bien -se encogió de hombros-. Le caés bien -dijo ahora mirándome con una sonrisa
-Ella también me cae bien, es simpática -le devolví el gesto

-Te quiero, Biebs -le sonreí, mientras él manejaba el auto de su mamá
-¿Y eso por qué? -rió, me miró un segundo y tomó mi mano
-Porque sos increíble -suspiré. No me había respondido
Él sonrió suavemente, y en el semáforo, tomó mi rostro y me besó con dulzura. Sonreí falsamente al separarme. ¡No me dijo que me quería!
-¿Te acompaño? -noté que estábamos en frente de la casa de Lucía, justo como le había pedido
-No hace falta, gracias por traerme -tomé mi bolso de abajo de mis piernas, y abrí la puerta. Le sonreí y susurré un 'nos vemos, Biebs'. Estaba bajando, y él tomó mi mano.
-¿No hay un beso para tu lindo novio? -reí
-No -le saqué la lengua
-Vení acá -sonrió
Lo besé, pero no podía tomar su rostro porque él tenía nuestras manos entrelazadas. Me soltó y me dio un último beso en los labios, sonriendo.
-Yo más -dijo
-¿Qué?
-Yo te quiero más -me guiñó un ojo
-Nos vemos -le tiré un beso sonriendo

Narra Justin
Por Dios, eso fue demasiado sexy. La observé hasta que entró en la casa y luego emprendí camino devuelta a la mía.
Estaba a punto de tirarme en mi cama, donde se sentía el perfecto perfume de Jessica. Era tan atrapante como ella. Antes de poder acomodarme, recibí un mensaje de 'Desconocido'.
-Nos vemos en starbucks? hay mucho de que hablar
-Quién sos? -envié
-A las 18, en el que está a dos cuadras de tu casa
Lo pensé. ¿Debía ir? Ni siquiera sabía quién era, pero... parecía que él o ella sí, o me estaba espiando. Soy un paranóico, tengo que dejar de pensar esas cosas e ir.
Me cambié y salí con el celular y mi billetera en los bolsillos.

Narra _____ (tn)

-Ya, decime, no me voy a enojar -le repetí a Lucía nuevamente
-Sí, es seguro que sí. Pero tenía que decírtelo, perdón. Tenés que saberlo... -me miró, y yo asentí- el otro día... estuve con un chico. Me invitó a salir. Él tiene novia, por lo que le dije que no, pero me aseguró que era "como amigos". Después de darle muchas vueltas acepté, aún con culpa. Al final, cenamos, hablamos... él era muy divertido, me hacía reír cada dos segundos -suspiró
-¿Y bueno? -pregunté sin entender
-Me convenció de ir a su casa. En realidad me estaba llevando a la mía, pero según él el auto hacía un ruido extraño, por lo que fuimos a la suya a llamar un taxi que él aseguró que me pagaría
-¿Y te violó? -reí
-Todavía no -sonrió ella-. Pero el tiempo pasó, el taxi no llegó y terminé quedándome en su casa toda la noche. Nos estábamos yendo a acostar, cuando me rodeó la cintura y me besó
-¡Guau! Eso fue rápido -sonreí asintiendo. Pero ella no me devolvió el gesto, sólo bajó la mirada.
-Lo hicimos... -murmuró
Me quedé atónita.
-¿Quién era ese chico?
Ella se mordió el labio nerviosa y comenzó a mirar a todos lados. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

Narra Justin

-Jennifer... no puedo, no. Ahora tengo novia -dije, resistiéndome a su típica mirada de tristeza. Me podía, demasiado.
-Antes me decías Jenny -dijo con voz rota
-Antes confiabas en mí -la imité
-¡Besaste a mi mejor amiga! -se quejó ella
-¡Ella me besó! -volteó los ojos- Hablemos en otro lado, vamos a mi casa.
Me levanté, pero ella no hizo lo mismo. Le extendí la mano para que se pare, y ella la tomó sin esconder su sonrisa.
-Te odio, pero seguís siendo tierno como antes -se mordió el labio.
Me resistí. Cerré los ojos y pensé en Jess abrazándome de atrás.
-Se llama ser caballero -la hice reír, por alguna razón
Nos subimos en mi auto y comencé a conducir a casa. El silencio era incómodo, pero no me importaba, no estaba de humor para hablar. No contaba con verla de nuevo, y encima que venga así a conquistarme y arruinar lo mío con Jess.
Llegamos a casa, la puerta estaba mal cerrada. Era obvio, Jess estaba acá. Mamá y yo sabíamos que había que empujar bien la puerta porque era pesada al cerrarla, y si no lo hacías, esta quedaba arrimada.
-Mierda, Jess está acá -confirmé en voz alta soltando las llaves en la mesa, donde había un celular apoyado, que no había visto antes.
-¿Quién es ella? -preguntó Jennifer
-Su novia
...

Capítulo 34- Una preciosa pareja.


-¿No te gusta? -me miré
-Sí, pero sólo para mí -dijo él, acercándose con las manos en los bolsillos
-¿Eh? -dije confundida
Él rió.
-Si salís así todos te van a mirar, y yo te quiero para mí -reí
-Si los intimidás con tu mirada, nadie me mira, quedate tranquilo -él sonrió y me besó, con sus manos firmes en mi cintura-. ¿A dónde querías que vayamos?
-Sorpresa -tomó mi mano, y subimos las escaleras. Se iluminó todo su cuarto de repente, y luego se escuchó un relámpago. Nos asomamos a la ventana de la habitación de Justin y vimos que llovía torrencialmente. Raro, porque aunque cuando llegué el tiempo estaba feo, y tenía pinta de llover, no era para tanto. En fin...
-Mierda -murmuró él
-¿Qué?
-No vamos a poder ir -bajó los hombros y soltó mi mano, para caminar hacia el baño
-Podemos ir a la fiesta, todavía -dije encogiéndome de hombros, mientras me sentaba en su cama
-Sí... -dijo él. Salió del baño e hizo que me levante de la cama, para sentarse él. Me tomó de las manos y me sentó en su regazo, sosteniéndome con una mano en mi espalda.
-¿Querés ir? -pregunté
-Quiero bailar con vos -dijo en mi cuello, provocándome un escalofrío
-Querés violarme -bromeé
-¿Me dejarías violarte?
-Sí
-Entonces no sería violación -me guiñó el ojo. Se movió y ahora me hizo levantar pronunciando un 'a ver, Shawty'-. ¿Cenamos?
-Bueno... ¿y tu mamá?
-Salió -dijo
-¿Vas a cocinar?
-¿Querés que cocine? -dijo él, con una sonrisa caminando de espaldas
-Sería lindo... el desayuno estuvo muy bueno -le halagué
-Pedón por dejarte esta mañana -me dio un beso en los labios-. En el momento no lo pensé, porque yo te invité a dormir y después me fui
-No importa, en serio
Aunque era verdad, no me había molestado. Al menos me pidió perdón, y parece que se siente mal, así que...
Me gustaba bastante este Justin. Era como divertido y juguetón, pero tenía ese lado tierno queme volvía loca. Era una combinación perfecta.
-Te quiero, ¿sabías? -me sacó de mis pensamientos. Estaba en frente mío
Sonreí suavemente.
-Yo también te quiero
Y me besó de la forma más tierna. Sostuvo mi rostro con sus manos y movió sus labios lentamente, mientras sus dedos se movían sobre mi mejilla. Yo no sabía dónde dejar mis manos, así que sólo las puse en sus brazos. Él rió separándose un poco y me hizo sonreír. Se quedó mirándome a los ojos, juntó nuestras frentes, y yo me abracé a su cuello y reí, así él me rodeó por la cintura y me levantó riendo. Era demasiado tierno para ser verdad.
-Bien, cocinemos, señorita -dijo él, dejándome sentada sobre la mesada
-Ah, ¿yo tengo que ayudar? -le seguí el juego
-Sí, la parte de la ayudante es la mejor -me guiñó el ojo y me dio un beso en los labios
Reí y lo observé mientras se sacaba la remera. Lo miré con una ceja levantada y él me sonrió.
-Hace calor, ¿no? -dijo, tendiéndome la remera para que se la tenga
-Y, si me tenés al lado es difícil que no -bromeé
Él asintió.
-Touché -dijo en un perfecto francés, buscando algo en las alacenas
Me concentré en él y en su deseable abdomen. Quiero decir abdomen. ¿Y ese dibujo?
-Justin -lo llamé
-¿Qué pasa? -dijo sin mirarme, tomando una lata de tomate
-Vení
Él me miró y luego se acercó.
-¿Qué, Shawty? -tomó mi mano. Puse una mano en su pecho y lo alejé de mí. Él se lo tomó como que estaba enojada, pero sólo quería ver.
-¿Tenés un tatuaje? -pregunté
Él miró en la misma dirección que yo y volvió a verme, sin saber qué decir. Era gracioso, seguro pensaba que estaba enojada o algo.
-Me lo hice el año pasado -dijo
-Y ¿qué significa?
-Es  del libro “Johnathon Livingstone Seagul” de Richard Bach -explicó-. Mi primo tiene el mismo, es por un fragmento de ese libro que dice "Tú tienes la libertad para ser quien eres, sé tu mismo, aquí y ahora, y nada puede ponerse en tu camino”.
-¡Qué lindo! -sonreí
-Creí que te habías molestado -sonrió
-No seas bobo -le pegué
-Qué raro no lo viste cuando...
-¿Cuándo qué?
-Cuando... bueno, vos entendés -rió y se mordió el labio, mientras me acariciaba el muslo sobre el jean
-¡No entiendo! -le pegué juguetonamente en el brazo
-Cuando casi lo hacemos, boba -soltó de repente y tomó mi mentón, acercándome a él para darme un beso rápido-. Ahora no te vayas a poner nerviosa -rió
Pero su advertencia no sirvió de mucho, porque sí lo hice.


-Justin... -dije
-Shh... -me calló él con tono caliente
-Justin, basta
-¿Qué pasa? -dijo con voz algo ronca
-No puedo hacerlo
-¿Y hacía falta llegar hasta este punto para decirlo? -se quejó y se acostó a mi lado
-Vos empezaste -me defendí
-Podrías haberme pegado o algo -dijo él-. Hubiera preferido eso antes que un baño de agua fría en pleno invierno
-¿Para qué te darías un ba...? -paré de hablar cuando vi cómo me miraba. Tomó mi mano y sin dejar de mirarme a los ojos comenzó a bajarla junto a la suya por el borde de su pantalón- ¡Justin! -le pegué una cachetada en cuanto supe qué era lo que estaba sintiendo
-Sí, eso lo hubiera aceptado antes -dijo acariciándose la mejilla


Reí, pero a la vez me avergoncé de lo que había pasado. No quería desvirgarme hasta estar segura de que ame a esa persona. Era algo importante para mí, no estaría con cualquiera, eso es de gatos. No los domésticos, los otros.
-Te pusiste roja -rió Justin revolviendo algo en una olla-. Seguro ya te acordaste
-No... -dije insegura, a lo que él volvió a reír. Me acerqué a él- ¿Qué hacés? -pregunté
Lo abracé por detrás y le dí un beso en la mejilla.
-Qué linda novia tengo -dijo él, volteando un poco la cabeza, y sonriéndome
-No evadas el tema -le pegué en la espalda, y me giré para quedar a su lado, enfrentados
-Hago una salsa, pensaba hacer spaguetti
-¿O sea fideos?
-Spaguetti suena a que sé de lo que estoy hablando -reí y él conmigo
-Voy a poner la mesa -dije-. ¿Dónde están las cosas?
-Yo la pongo, vos ocupate de esto, ¿sí?
-Está bien... pero te advierto que no sé lo que hago -bromeé
Él sonrió y me dió un beso en la mejilla.
-Yo sé que sí -dijo
Era increíble cómo había cambiado Justin. Este era como un lado que siempre quise pero jamás esperé de él. Era demasiado tierno y educado a su forma, seguía siendo divertido, pero respetuoso... difícil de entender, pero la cosa es que me encantaba.

-Hey, Shawty -me llamó Justin, con la boca llena
-Maleducado -reí, y él también
-Perdón -se limpió con la servilleta-. ¿Querés que después de comer vayamos a bailar?
-No lo decís con mucho entusiasmo -comenté
Él se encogió de hombros.
-Sólo si vos querés -dijo
Asentí, esperando que diga algo más.
-O... -reí por la cara que había hecho- podemos ver una película, así acurrucaditos en el sillón como la preciosa pareja que somos -sonreí y me mordí el labio
-Hace calor para estar acurrucados, ¿no? -dije metiéndome un bocado de spaguetti
-Al lado tuyo siempre hace calor -volteé los ojos sonriendo-. Bueno, te propongo esto: vemos una película, pero en vez de acurrucados, en ropa interior. ¿Ah? ¿Te gustó?
-No
-Bueno, entonces se me acabaron las ideas.
-Pervertido -jugué
-Linda
-Mujeriego
-Hermosa
-Feo
-Muy hermosa
-Poco original
-Preciosa
-Eh... no me gusta este juego -dije, ya no sabía qué decir
Él rió.
-Y yo soy el poco original
-Está bien, veamos una película
-Bueno -sonrió-. Pero vamos a mi cuarto


-Ahora que lo pienso... estamos en primavera... y no hace frío porque hay tormenta -pensó Justin, en medio de la película-. Eso sólo quiere decir...
-Justin, no me dejás escuchar
-¡Me estás evitando! -bromeó
Reí tontamente y le pegué en el pecho.
-Ahora no voy a saber si creerte o no -hizo puchero
-Y ¿cómo hago para que me creas? -le seguí el juego otra vez
-Quiero que vengas y me dés muchos besos -estiró el cuello y cerró los ojos
Sonreí y besé desde sus labios, que él no los movió más que para sonreír, hasta su cuello.
-¿Sabés qué? -dijo, tomándome por sorpresa y dejándome abajo suyo- Pensaba hacerme un tatuaje más...
-¿Cuál? -pregunté
-Una corona acá -señaló su clavícula
-Como quieras -sonreí-. Pero salí de encima -dije-, me ponés nerviosa
Él rió y antes de volver a su posición normal depositó un beso en mis labios.
-Ahora vamos a tener que empezar la película de nuevo -me quejé en broma
-Valió la pena -sonrió él
...

Capítulo 33- Enamorada.


Sonreí y acaricié su rostro suavemente, ante la fija mirada de sus ojos. Finalicé con mi cara en su cuello y abrazándolo por la cintura, mientras él reía.
-Tu perfume me droga, Jus -susurré mordiéndome el labio
-¿Ah, sí?
-Sí... -susurré con voz algo ronca. Él volvió a reír. Bajé mi mano hasta el borde de su remera y comencé a levantarla de un lado, acariciando su deseable abdomen. Lo más raro es que mi mano subía y bajaba en sus abdominales.
-Esas ganas tenés de que me duerma para violarme... -dijo él
No pude evitar reír. Aunque en cierto modo, no me gustaba esto de... ser una pareja... no sé... ¿caliente? Creo que a esta edad, más que besos en el cuello y todo eso, deberíamos estar tiernos. Pero sé que Justin es así, de provocar.
Y lo hace bien.

-Buenos días, preciosa -sentí en mi oído
Me encontré con los hermosos ojos color miel de mi novio. Aunque como el sol le daba de frente, se veían más verdes.
Él rodeaba mi cintura con un brazo, y en cuanto menos lo esperaba, juntó nuestros labios en un cálido beso.
-¿Cómo dormiste? -preguntó sonriéndome
-Genial -dije-. ¿Y vos?
-Igual... con una princesa -rozó nuestras narices, haciendo que mi sonrisa se haga incontenible
-Qué lindo -reí. Su pelo estaba despeinado, tenía la voz ronca, y la remera un poco levantada. Me quería matar, estaba claro.
-Me encanta verte con mi remera -sonreí y me miré el pecho
-Es linda
-Te la regalo -acarició mi mandíbula con su pulgar, mientras me miraba a los ojos
-¿En serio? -él asintió y me miró con una sonrisa- ¡Gracias! -la levanté un poco para olerla: tenía su perfume- Droga, droga, sí...
Él rió. Yo levanté la vista para mirarlo, y me abalancé sobre él para besarlo. Después de unos segundos haciéndolo con mis manos en sus mejillas, y las suyas sobre mi cintura, su lengua se metió en mi boca con pasión. Aunque la otra noche dije que no quería que seamos así, esto... creo que es distinto, porque no nos vamos a pasar esta vez.
Sus manos empezaron a acariciar mi espalda, y terminaron abrazándome hasta estar completamente pegada a él. Y luego... la puerta se abrió.
-Uh, Chris -dijo Chaz, mirándonos pícaro-, entramos cuando el fuego se prendía. Aunque eso suele pasar de noche
Pero al parecer a Chris no le dió mucha gracia, sólo se limitó a mirarme, y luego a Justin. Por más que mi novio reía junto a Chaz, yo sólo podía avergonzarme.
-Salgan -murmuré sin mirarlos
Justin me observó.
-Chicos, dejen que Jess se cambie -dijo él, levantándose de la cama
-Ey, Justin, de casualidad tenés remera -dijo Chaz, y los tres rieron. Justin tomó sus pantalones y los empujó hacia afuera, para luego cerrar la puerta no sin antes guiñarme un ojo, a lo que le sonreí.


-Amor, nos vamos a ensayar -me dijo mi novio en cuanto pisé el suelo de la cocina
-Ah, bueno... -dije algo desconcertada- creí que íbamos a salir, o algo
Todos miraron a Justin esperando su reacción.
-Sí, es que... todos los sábados vamos a practicar a la casa de Ryan, y... -lo interrumpí
-Está bien -dije tranquila. Todos nos miraban, mientras Justin se acercaba donde estaba yo
-Perdón por no haberte avisado, es que se me pasó -dijo él, y tomó mi mano
-Está bien -repetí
-Oh, Jess, ¡no te enojes! ¿Sí? -no respondí, pero reía en mi mente al verlo tan preocupado- Es que no tenemos mucho tiempo para practicar durante la semana, y... bueno, eso. No te enojes, ¿sí?
-Está bien -dije por tercera vez
-¡Oh! -se quejó él como un nene
-Hace mucho no vemos a Justin así de tierno con una chica -rió Chris
-Es que... -empezó él, pero lo interrumpí con mis risas
-Ay, Justin... sos un amor en persona -dije rodeando su cuello. Él me miró confundido-. ¿En serio pensás que me tenés que pedir permiso para salir? -él movió la cabeza, vacilando- No seas bobo, son tus amigos, podés salir cuando quieras
Él sonrió tiernamente y me rodeó por la cintura.
-¿De verdad?
-Tonto, ¡obvio que sí! Los amigos antes que la amistad, ¿no?
-Hey, Justin -lo llamó Chaz-. Esta es una de las pocas novias que tuviste que me cae bien -sonreí
-Más te vale, Chaz... -susurré
-¿Qué?
-Nada -respondí rápidamente
-No interrumpas nuestros momentos tiernos, Somers -dijo Justin girando mi rostro hacia el suyo
-Vamos a esperar afuera -dijo Chris arrastrando a su amigo hacia la puerta
-Te quiero, Jess -dijo Justin. Y aunque creí que me besaría, me abrazó.
-Yo más -reí. Se separó de mí y me dio un beso cerca de los labios; pero yo tomé su rostro y lo besé lentamente-. Andá, te están esperando
-Está bien -sonrió-. Mamá se fue, pero ahí te dejé un hermoso desayuno hecho por mí -sonrió inocente, a lo que yo reí-. ¡No te rías! -jugó- En la tarde hacemos algo, ¿sí? -asentí- Nos vemos, amor -me besó por última vez, y luego corrió a la entrada.
-Que les vaya bien -dije mirando cómo se iba
Para mi sorpresa, la puerta volvió a abrirse y apareció él, me tiró un beso y se fue nuevamente, dejándome con esa sonrisa de boba que se hizo típica en mí, gracias a él.
Caminé hacia la cocina, y divisé una bandeja de madera con un vaso de jugo, en un platito unas tostadas en forma de corazón y una taza con un corazón rojo, que tenía algo como café, no estaba segura. Incluso había un pequeño cuenco con unas frutillas que se veían demasiado deliciosas, y en otro dos medialunas. No pude evitar sonreír.
Subí a la habitación y tomé mi celular, para mandarle un mensaje a Justin:
-Sos increíble -envié
A los minutos, tuve una respuesta.
-Soy un maleducado, dejé a la visita y encima a mi novia sola :(
-No te preocupes, jus <3
-La proxima te venis conmigo, esto es aburrido sin vos
-Te quiero
-Mas, mas
Sonreí y guardé mi celular.


-Así que ahora son novios -dijo mamá
-Sí, es que es un amor cuando está tierno -sonreí como una estúpida. Raro, ¿eh?
-Ay, estás enamorada -rió ella
-Es muy lindo -sonreí-. Me voy a bañar; esta noche vamos a salir -me paré del sillón
-Mmm... -me dio una palmada juguetona en el trasero mientras pasaba
-¡Mamá! -me di vuelta. Ella rió
-Ponete linda
Me duché y estuve pensando qué me pondría. Justin dijo que iríamos a una fiesta luego de una sorpresa que quería darme, estaba emocionada.
Me cambié y me maquillé así { http://www.polyvore.com/cgi/set?id=64697266&.locale=es } Una vez que estuve lista, bajé para ir a la casa de Justin, como él me había dicho. Toqué timbre, y él me abrió con una sonrisa. Me miró de arriba abajo, y volvió su vista a mis ojos.
-Sí, ¿a quién busca? -dijo, pasándose la mano por el pelo, que lo tenía mojado y despeinado
-A un tal Justin -le seguí el juego
-¿Se puede saber para qué?
-Voy a salir con él -sonreí
-No creo que sea posible, él tiene una novia que ama -hizo cara de 'perdón'
No aguanté más y reí. Él sonrió tiernamente mirándome. Me abalancé a sus labios tomando su rostro con mis manos, y apenas sentí las suyas en mi cintura.
-Lo arruinaste -dijo entre mis labios riendo
-Ya no sabía que decir -reí y me separé para pasar
-¿Desde cuándo te vestís así? -preguntó cerrando la puerta a sus espaldas, con una expresión que no había visto antes
...


Capítulo 32- ¿Una pareja caliente?


-¿Y de qué? -sonreí
-Bueno... va a sonar raro, pero Justin no es lo que se dice muy bueno con las chicas. Sólo te digo que... -suspiró
-¿Es medio mujeriego? -pregunté, aunque sabía la respuesta
Ella asintió.
-No es que quiera tirarte abajo, al contrario. Me parece raro que esté así de bien con una chica, durante estas dos semanas no dejó de hablar de vos -sonrió, provocándome lo mismo
-¿En serio?
-Sí -rió-. No lo veo así desde...
-Sofía -completé
-_____, ¿vas a venir? -preguntó Justin. Pattie y yo miramos hacia la escalera
Asentí y me despedí de Pattie. Ni siquiera tenía ganas de cenar. Sólo llamaría a mamá para avisarle que me quedaba y listo.
Lo que me había dicho Pattie me había dejado pensando. Es verdad, Justin no era muy sentimental, y en cierto modo me daba miedo que juegue conmigo, porque tenía razones para pensarlo, después de lo que pasó.
Pasé al baño y me miré al espejo. ¿Qué me había visto Justin? Puedo parecerle linda, pero en realidad no encuentro nada que le guste de mi personalidad.
Dejé de tirarme abajo yo sola y me lavé la cara. Fui hacia el cuarto de Justin. Él estaba acostado en su cama. Sin remera. Con su celular. En Twitter, seguramente.
Me acosté a su lado, y él no se inmutó. Pero a los segundos, dejó su celular sobre la mesa de noche, y se volteó a verme. Acarició mi mejilla mientras los dos nos mirábamos a los ojos.
-¿Qué te pasa? -preguntó
-Nada -dije sonando tranquila
-Sí, ahora en serio
-No es nada, de verdad -insistí
-¿Por qué no confias en mí? -dijo. Su mirada seguía en mis ojos, pero yo la saqué.
-¿Cómo sabés que me pasa algo?
-Aunque no parezca, sí conozco a las chicas
Elevé una ceja.
-Ah, perdón -bromeé
-Ey, en serio -dijo él
-Está todo bien, Justin -dije con tono molesto
-Cuando quieras me contás -volteé los ojos
Suspiré y me quedé mirando su rostro. Era hermoso, ni una sola imperfección. Tenía un lunar cerca de su ojo y uno bajo su boca, cerca del mentón. Luego ví sus labios: curvados levemente, como en forma de corazón, y de un precioso rosado suave.
Empezaron a acercarse a mí, y vi como en un santiamén se humedecieron, para luego descansar sobre los míos. Mi mano fue sin pensarlo a su mejilla, y la bajé acariciando su cuello. Sentí su sonrisa sobre mi boca y no pude evitar contagiarme. Me separé de él sólo para hablarle.
-Te quiero -dije
-Yo más, hermosa -respondió Justin, rozando tiernamente nuestras narices
Le di un rápido beso en los labios y luego lo alejé de mí, haciendo que vuelva a su lugar normal, ya que estaba un poco encima de mi cuerpo, pero sólo el torso.
-Voy a decirle a mamá que te preste un pijama -dijo él, comenzando a levantarse
-No -lo paré-. No hace falta
Él sonrió de lado con mirada tierna y rió.
-¿Querés una remera mía? -adivinó leyéndome la mente. Y sin dejarme responder, se dirigió a su armario. Supongo que ya sabía la respuesta.
Me extendió una remera color morado que decía 'J'adore Paris' o algo parecido.
Me va a quedar bien, pensé colocándomela desde los hombros sobre mi ropa, para probarla. Pero cuando fui al baño, comprobé que había calculado mal. Me quedaba corta, por mis... ya saben.
-Dejatela, te queda bien -dijo Justin
-Me queda corta, Jus. No te molestes, duermo con mi ropa -dije doblándola y dándosela de nuevo
-No... yo quiero que te la pongas -me abrazó desde atrás. Reí, parecía un niño-. O quiero ponértela yo. Y no hablo de la remera
-¡Justin! -me giré sorprendida sobre sus brazos, encontrándome su cara de diversión
-Me refería a... vos entendés -dijo, al no tener otra excusa-. ¿Qué cosas andás pensando? -preguntó juguetón
-Ando pensando que me querés para otras cosas -me sinceré
Su rostro cambió de divertido a sin expresión.
-Hey... -dijo con voz suave acariciando mi mano
-No importa -negué levemente con la cabeza, cansada
-Jess, si importa. A mí me importa lo que pienses de mí
-¿Sabés qué? Creo que esto no vale la pena. No hacemos buena pareja
-¿Qué? -preguntó él abriendo los ojos- No digas eso, por favor. Sólo intentémoslo
-El problema es qué querés intentar conmigo, Justin
-No me digas 'Justin'; siento que estás enojada
Suspiré.
-Jess, sabés que tenemos que estar juntos, ¿quién te dijo lo contrario? -tomó mi mano y me acercó a él
No me animé a mirarlo a los ojos.
-Si no querés contarme, o no querés que hable, dejame demostrarte que te quiero, pero por favor, no termines conmigo
-Es que no sé... algo me dice que no tenemos que estar juntos -dije con un nudo en la garganta
-¿Quién?
-Es qué, Justin... mi corazón
-Tal vez te estás confundiendo. ¿Qué sentís cuando me besás?
-Justin, dejémoslo así, ¿sí? Sólo estoy algo cansada, no quiero pensar en eso
-No, no podés dejarme así
Suspiré nuevamente con un nudo en la garganta, y él me acercó y puso sus manos en mi cintura; yo lo alejé suavemente.
-Voy a dormir -dije sin mirarlo
Él se quedó mirándome y asintió suavemente.
-Buscá otra remera que te quede más larga, si querés
-Gracias -dije
-Hasta mañana -besó lentamente mi mejilla, mientras tomaba mi mano y la acariciaba
Antes de que se fuera, yo tomé la suya para llamar su atención, y él se dió vuelta.
-Te quiero, Justin -dije
-Yo más -sonrió él-. Que duermas bien
No sé por qué tardó tanto abajo. Se había ido a cenar, pero dentro de casa, ¿no?
Ya había buscado una remera que me quedara más o menos bien, era una negra que decía 'lovin' everything 'bout you' en letras blancas. Traté de dormirme, pero se me venían a la cabeza miles de cosas.
Estuve bastante tiempo pensando, e incluso llegué a escuchar que alguien iba al baño, que estaba fuera del cuarto. Supuse que sería Justin, por lo que me acomodé para esperarlo. Eh, sólo quería acostarme boca arriba, para ver cuándo llegaba; no es que lo esperaba en una posición sumamente sexy ni nada. No...
Se me estaban cerrando los ojos, cuando escucho la puerta abrirse suavemente. Tenía sueño liviano, así que me desperté al instante. Justin había entrado pero no había prendido la luz, la del pasillo iluminaba lo suficiente, al parecer.
Observé que se sacó la remera y se puso otra, y se quedó en boxers. Se sentó de su lado de la cama, pero yo ya estaba de espaldas a él.
-Jess, ya sé que estás despierta
-Hey, no es justo. ¿Por qué sabés todo? -él rió
-No lo sabía, si respondías estabas despierta, y sino no me hubieras escuchado -explicó
-¿O sea que me mandé al frente sola?
-Sí, amor -rió él nuevamente
-Qué boba -sonreí, al escuchar cómo me había llamado
-¿No podías dormir, boba? -dijo él, mientras se acostaba mirándome de frente
-No -susurré
-Vamos a dormir juntos -dijo él, en tono suave
...

Capítulo 31- Una oportunidad


Tragué saliva debatiéndome en mi mente.
-Está bien -finalicé-. Pero ante cualquier... -me interrumpió
-¡¿En serio?! -estaba sorprendidísimo, sus ojos brillaban increíblemente, como nunca lo había visto
-¡Sh, callate! -le pegué en el pecho, él sonrió
-Callame -sonrió de lado. Yo sólo pude sentir cómo me sonrojaba
-¿Y si no quiero?
-Grito -amenazó
Suspiré sonriendo, y mordiéndome el labio. Era muy lindo y tierno si lo veías bien. Se había dejado el pelo un poco largo, no lo tenía de punta como siempre. Le caía sobre la frente dejando naturales huequitos que le quedaban genial.
Esos ojos miel... uno piensa que verdes o celestes son mejores y, sí, son muy lindos pero estos... tienen algo especial. Su mirada es una de las cosas que me encanta: es dominante, siempre te mira fijo a los ojos cuando habla, pero hay veces en las que su mirada transimite algo... ese algo que te dan ganas de besarlo y quedártelo sólo para vos. Una mirada tierna, ¿vulnerable? Como pidiendo que le den amor.
Dios, ¿quién lo mandó a ser tan lindo?
-Bueno, si así lo querés -dijo. Abrió la boca pero en seguida tomé sus mejillas y lo acerqué a mí, tratando de tomar su boca en mis labios. Pero parecía una foca tratando de comerme y bueno...
-Bueno, no tan bruscamente -rió fuertemente
-No te rías -le pegué
Él terminó por sonreír de lado, y me dio un beso en la mandíbula, amagando con besarme en los labios.
-Me gusta estar con vos -confesé
-¿Ah, sí? -dijo él. Se apoyó en una pared que tenía al lado, y -como estábamos en una especie de 'L'- yo me quedé en el rincón, mirándolo.
Asentí mirando fijamente sus labios. Tenían una forma preciosa, como delineada y perfecta. Eran de un tono rosado suave, y finos. Muy finos. Y tentadores.
-Yo siento algo parecido
Lo tomé del cuello de la camisa, atrayéndolo a mí, algo que nunca había hecho. Al parecer él lo interpretó de otra manera, porque me comió la boca de un beso. Pero yo sólo quería algo tierno, quería que sea el Justin dulce. Amaba ese Justin.
Me separé un poco de sus labios, y ambos abrimos los ojos. Volví a acercarme a él, pero besándolo con lentitud. Apoyé mi mano sobre su mejilla para mantener ese ritmo.
Cuando él se separó, me dio un beso rápido en los labios, sin abrirlos. Y luego otro. Y otro en la comisura. Y otro en la mandíbula. Y otro en la mejilla.


-Mentira -sonreí
-¡Es en serio! -dijo él, mirándome
-¿Pensás que te voy a creer que soy la primera que trajiste acá? -dije retóricamente
-Bueno, tal vez no la primera -dijo-. Pero sí la más especial -me rodeó desde atrás y me dió un beso en el cuello
Yo sonreí como una tonta. Sí, no estaba muy segura de esta relación, pero lo disfrutaría mientras dure. Sería como una oportunidad para Justin, después de todo. Igualmente, no somos novios oficiales.
-No sabía que tenías lado tierno -dije
-Es que sólo sale cuando mi corazón lo deja
-Guau, ¡estás super!
Él rió suavemente en mi oído haciendo que me remueva un poco entre sus brazos.
-¿Te pongo nerviosa? -preguntó en mi cuello nuevamente
-Pf... no -bromeé
Besó mi cuello y mi hombro mientras bajaba sus manos hasta mis caderas. La verdad, no me gustaba mucho que me toquen, me sentía usada.
-Justin -me removí nuevamente, tratando de salir
-¿Qué? -preguntó él levantando la cabeza. Me giré para verlo y lo tenía a milímetros de mis labios, por eso volví mi vista al frente. Él giró nuevamente mi cabeza con su mano, y luego terminó volteando mi cuerpo mientras me besaba. Sus manos fueron a mi cintura, aunque prácticamente estaba sobre mi cuerpo, acorralándome contra la baranda.
-Justin... -dije entre sus labios- basta
-¿Con qué?
-No quiero que me toques así -dije. Él bajó sus manos a mis muslos y, antes de que le diga algo, me calló con un beso. Bajó un poco su cuerpo y quedamos a la misma altura por unos segundos, ya que después me dejó sobre el barandal y abrió mis piernas para ponerse delante mío.
Incómodo otra vez.
-Justin -lo empujé lejos de mí
-¿Qué es lo que te molesta? -dijo reposando su mano en mi muslo
-No quiero que me toques así -dije, algo avergonzada de su mirada fija en mí
-¿Así, cómo?
-Así... ya sabés. Yo no ando tocándote todo
-No entiendo -frunció el ceño
-Como... -rocé todo su abdomen
-Ah... -hizo una pausa- no me molestaría que lo hicieras
Le pegué una cachetada, pero no fuerte, más bien juguetona. Él sonrió volviendo a mirarme.
-No lo hago con perversión, lo hago con amor
Suspiré.
-Está bien, está bien. O sea que cuando te bese... ¿no puedo tocarte más que los labios? -reí
-No quiero sentirme usada, Justin -expliqué con la mirada baja
-No te estoy usando... -mojé mis labios nerviosa-. Jess, mirame -levantó mi rostro y me miró a los ojos-. No te estoy usando -repitió-. Sabés que no soy tierno ni nada con cualquier chica. Y si no es real te dás cuenta, porque no soy bueno en eso -sonreí-. No es que vayamos a la cama ni nada, eh
-¡Justin! -le pegué
Él rió.
-Pero me gusta que seas así -agregó, rodeándome. Sus manos ya no iban a mi cintura, como estaba más arriba, llegaban por el borde del pantalón. Él levantó un poco mi remera y entrelazó sus dedos-. Que no te dejes tocar por cualquiera
Sentí un escalofrío cuando apoyó la cabeza sobre mi estómago.
-Por eso te quiero
-¿Por que no me dejo tocar?
-Porque sos especial
Y eso me hizo sonreír como nunca. ¿Podía ser más tierno? Creo que él tenía razón. Cuando es tierno para conquistar a una chica por un día, se dan cuenta. Hay algo que te dice que está batiendo cualquiera.
Desenlazó sus dedos y acarició mi piel suavemente, luego de unos segundos. Yo me senté más erguida antes de que pudiera pensarlo, ya que su roce había producido un cosquilleo en mi piel.
Unas gotas comenzaron a caer sobre nosotros. Justin me miró y se separó de mí. Miró hacia arriba.
-Vamos a mi casa -dijo, tomando mi mano
Me bajó de allí antes de que yo reaccionara y corrió arrastrándome hacia su moto, mientras la lluvia aumentaba.
-Me olvidé de preguntarte -dije-. ¿Quién te la dió? -señalé aquel vehículo negro
Él suspiró.
-Era de papá
¡Tonta!
-Perdón... -acaricié su hombro
-No importa -tomó mi mano y la cubrió con la suya-. Subí -hizo un movimiento con la cabeza
Hice lo que me pidió y lo sentí subirse contra mi espalda. Dejó sus manos en frente mío y arrancó la moto rápidamente, haciendo que me asuste un poco. No sé si lo notó o fue porque quiso, pero luego de eso me dio un suave beso en el cuello, que me hizo soltar una risita.
-Ya es tarde. ¿Te quedás a dormir? -dijo bajándose rápido, y tendiéndome la mano
Fuimos bajo el pequeño techo que estaba sobre la puerta de su casa algo agitados y... mojados.
-¿Lo decís porque querés dormir conmigo? -pregunté sonriendo, esperando su típica defensa
Él rodeó mi cintura y me dejó entre él y la pared.
-Sí, quiero tenerte sólo para mí y abrazarte mientras dormir
-¿Abrazarme?
-Sí -sonrió de lado-. Amo abrazarte de atrás, siento que estoy para protegerte -yo sonreí tiernamente-. ¿Vos que sentís?
-Frío -bromeé. Él volteó los ojos-. Que me protegés -respondí riendo
La puerta se abrió de la nada, aunque casi no me doy cuenta porque Justin me sostenía bastante bien.
-¡Chicos! ¿Qué hacen ahí? Entren, pasen, pasen -Pattie
-Perdón, Pattie -dije, saludándola
-No importa, Jessi
-Es mi culpa, má
-Sí, es verdad -dije
-¡Hey! -dijo él
Pattie y yo reímos.
-¿Te quedás a comer, Jessi? -preguntó ella dulcemente
-Má, Jessi queda muy estúpido -dijo mi... casi novio sacándose la chaqueta
-¡Justin! -exclamé
-¿Qué? -se encogió de hombros
-Justin, andá a tu cuarto -le ordenó Pattie
-Perdón, ma -dijo él. Le dio un beso en la mejilla y subió a los saltos
-No me molesta que me digas así, Pattie
-No te preocupes -dijo ella sonriendo-. No de eso.
...

Capítulo 30- "El amor no tiene que ser perfecto, sólo tiene que ser real"


Sentí cómo me abrazaban de atrás suavemente. Volteé un poco la mirada y me encontré con los labios de Justin sobre los míos. Me separé sin poder esconder mi sonrisa.
-Hola, hermosa -dijo él, sin vergüenza ante mis amigas-. Hola, chicas -y apoyó su cabeza en mi hombro
-Hola -respondimos nosotras
-Me la llevo un segundo, ¿sí? -preguntó, y sentí cómo deslizaba su mano hasta la mía. La tomó, y luego de la respuesta sonrió dulcemente y me arrastró un poco lejos de ellas.
-Qué suerte que decidiste venir -dije sonriendo
Él asintió y se apoyó contra la pared de lado, haciendo que yo me dé vuelta para quedar mirándolo de frente.
-¿Cómo estás? -preguntó, poniendo un mechón de pelo tras mi oreja. Yo lo deshice inmediatamente, me molestaba. Él sonrió tiernamente
-Bien -dije, y me acerqué un poco a él-. ¿Y vos?
-Estoy -se encogió de hombros, y apoyó la cabeza en la pared pesadamente. Se veía cansado
-¿Puedo hacer algo para que estés mejor? -pregunté. Él asintió- ¿Qué?
-Montarme
-¡Justin! -exclamé sorprendidísima
Él se echó a reír a carcajada limpia. Hacía tanto que no lo escuchaba reír así que no podía enojarme con él. Me miró y me abrazó divertido.
-¡No me abraces! -salí de su agarre, sonriendo
-No te enojes, era una broma -dijo él, teniendo mi rostro entre sus manos. Le pegué en el pecho-. ¿Te dije que me encanta que me pegues así?
-Sí, me lo dijiste -respondí algo avergonzada por su confesión de hace unos días-. Un día te voy a pegar en serio -amenacé
-Sí, me vas a decir: más duro, Justin. Así, rápido, ¡sí! -se mordió el labio
-¿Qué te pasa hoy? -pregunté- ¿Estás...?
-Sí, es que me ponés caliente. ¿Vamos al baño? -abrí los ojos como platos
-No te pongas pesado -le advertí
Él rió.
-¿Qué?
-Un día una chica me dijo: te entro por todos lados. Y le respondí: perdón, pero me gustan las mujeres -me puse a carcajear libremente-. Fue genial -admitió uniéndose a mí
-Es verdad -exclamé
-Te tengo... una pregunta
-¿Cuál? -pregunté sonriendo por lo de antes
-¿Qué pasó con lo de ayer?
-¿Qué cosa?
-Lo nuestro -dijo, acercándose un poco a mí
No, no quiero tocar este tema.
-Creo... creo que me están llamando -me hice la tonta, dándome vuelta
-Jess... -suspiró él
-Justin, no sé... no estoy segura
-Por eso lo de 'intentarlo' -trató de convencerme
Bajé la mirada insegura.
-¿No te gusto? -preguntó
-No dije eso -me defendí mirándolo
Él se encogió de hombros.
-Si no, no te hubiera besado -expliqué
-¿O sea que te gusto? -dedujo con una hermosa sonrisa de lado
-¡Ya voy, Chris! -éste se dio vuelta y me miró confundido, riendo
Justin me tomó del brazo y juntó sus labios con los míos antes de que pueda darme cuenta. Primero los dejó quitos sobre los míos, y luego se los llevó suavemente para continuar con el beso. Prácticamente él me besaba, y yo sólo ponía... la boca.
-Seguime -susurró separándose muy poco
Apenas abrí los ojos ya tuve que cerrarlos porque él ya estaba junto a mí otra vez. Se volteó un poco y quedó entre la pared y yo, pero sosteniéndome firme por la cintura.
-Jess... -dijo separándose luego de unos interminables segundos- quiero que me digas qué sentiste -dijo, a poca distancia de mis labios
-Es que... no sé, Justin -me separé un poco, pero sus brazos seguían fuertes contra mi cintura-. Me tomaste por sorpresa, de casualidad pude seguirte
-¿Entonces te beso otra vez? -levantó una ceja
-¡No! -sonrió de lado. Me percaté, vergonzosamente, de que todos nos miraban- ¿Podemos hablar en otro momento?
-No, Jess, no trates de zafarte -suplicó él
-Chicos -empezó a hablar la delegada de nuestro curso- dijeron las auxiliares que el profesor faltó, podemos quedarnos acá afuera sin hacer ruido, o sino nos mandan a biblioteca -y luego se sentó junto a sus amigas
Genial, gracias por la ayuda, pensé.
Nótese mi sarcasmo.
-Vamos por allá -tomó mi mano desprevenida y me arrastró con él. Llegamos a una esquina donde los chicos no nos veían y él puso mi mano en su hombro.
-Quiero que me digas con sinceridad, por qué tenés dudas sobre estar o no conmigo
Suspiré.
-Es que... me mentiste, Justin
-¿Con qué? -preguntó algo sorprendido
-Ya sabés... eso de estar conmigo para hacerme quedar mal -expliqué
Él asintió suavemente, decepcionado.
-Y eso es difícil de olvidar -afirmó, aunque esperando respuesta
-Sí... la confianza es como un papel, Justin
-¿Por qué? -preguntó él. Su tono era algo triste, no tenía entusiasmo al hablar pero aún así lo hacía
-Una vez que está arrugado, no puede ser perfecto otra vez -dije
Él me miró unos segundos a los ojos.
-Buena frase -asintió, mientras yo bajaba mi mano por su pecho para irme-. ¿Te digo otra? -la tomó y volvió a acercarme. No esperó que responda y siguió- El amor no tiene que ser perfecto, sólo tiene que ser real
-¿Y el tuyo es real? -cuestioné
-Muy real -dijo, acercando su rostro al mío-. 'Real' le queda corto -susurró
Suspiré suavemente sobre sus labios.
-Te amo -dijo con los ojos cerrados
Pero los míos, hicieron lo contrario. Se abrieron de par en par, como platos, sin creerlo. No podía creer. ¿Él sabía el significado de esas dos palabras?
-No digas eso -exclamé
Él abrió los ojos rápidamente.
-No digas cosas que no sentís
Y ahora sus ojos estaban como los míos.
-¿Qué? -susurró sin creerlo
-Sos un idiota
-Hey, un momento -me tomó del brazo, nuevamente, pero me solté. Y volvió a agarrarme, esta vez dejándome contra la pared-. ¿Quién te dijo que es mentira?
-Tus ojos -me excusé
-Por Dios -dijo él, soltándome-. Dejá de dar vueltas y buscar excusas -sonó algo molesto
-Perdón, es que... -me interrumpió
-No importa. Yo trato de dejar mi orgullo, pedirte perdón y decirte que me gustás o incluso algo más, y vos sólo buscás qué decirme para no estar conmigo. ¿No podés sólo decir: no me gustás, y listo? No, tenés que echarme en cara todos mis defectos y venir con frases estúpidas para disfrazar el 'no'. Pero, ¿te digo algo? Todas esas cosas duelen más que un no directo.
-¿Y yo? Yo soy la que tuve que aguantarme la estúpida ilusión en la que trabajaste para construir en mi mente. Lo peor fue que lo hiciste a propósito. ¿Y ahora? De por sí no confiaba mucho en vos, y a eso le agregaste lo que hiciste. ¿Cómo querés que confíe? -él suspiró pesadamente- Justin, sos hermoso, definitivamente estaría con vos -él me miró a los ojos-, pero, perdón por decirlo así, lo arruinás con tu personalidad -¿sus ojos se aguaron? Hice una leve pausa, esperando a que él hable-. Justin, te quiero -él giró el rostro para otro lado-, pero no sé si funcione, no estoy segura, no quiero que me lastimes otra vez.
-No voy a hacerlo -aseguró él-. Por favor, si en serio te gusto dame una oportunidad -sentí sus manos muy levemente sobre mi cintura-. No digo que seamos novios oficiales, pero solo un tiempo para probarte que no soy como parezco... cuando me gusta alguien
-¿Sin estar con otras personas?
-Sólo nosotros
Suspiré.
...